En 2011 nuestra clienta suscribió con Cofidis una línea de crédito que se utilizó hasta una disposición total de 4.253 euros.
La TAE del contrato era del 24,51%, por lo que pese a haber abonado ya 7.743,38 euros, todavía quedaba pendiente una elevada cantidad de dinero.
Es por ello que la clienta contactó con el despacho para buscar una solución.
Analizado el contrato, además del elevado tipo de interés aplicado, comprobamos que las condiciones generales eran prácticamente ilegibles, incumpliendo los requisitos de transparencia que exigen tanto la Ley como la jurisprudencia.
Es por esto por lo que procedimos a interponer una demanda cuyas pretensiones eran que se declarase la nulidad del contrato, tanto por contener intereses usurarios como por su grave falta de transparencia.
Esta declaración de nulidad tiene un doble efecto: por un lado, la cancelación del contrato y que ninguna cantidad se adeude por parte de nuestra clienta; y por otro lado, la devolución por parte de Cofidis de la totalidad de lo abonado que exceda del importe estrictamente prestado, en nuestro caso 3.490,38 euros (7.743,38 euros pagados-4.253 euros financiado por la entidad).
Ante la demanda que presentamos, la entidad presentó escrito de allanamiento, lo que conlleva el reconocimiento de la entidad de las pretensiones incluidas en nuestra demanda.
Sin embargo, previamente había rechazado la reclamación extrajudicial que formulamos con anterioridad a la demanda.
Por este motivo, la Sentencia declara la nulidad del contrato por usurario, condenando a la entidad a la devolución de los 3.480,38 euros pagados de más, así como al pago de las costas judiciales causadas.
Podéis acceder a la Sentencia en el siguiente ENLACE.
Azael Babiano Rodríguez
Abogado en DuroA